sábado, 4 de junio de 2011

Otro EP...Los Llorones o el conocido disco de la cebolla

Llego a casa.

Estoy escuchando bandas malagueñas de los noventas y muchos discos en formato EP.

Esto me pasa por criticar el formato EP.

Aún queda una cerveza en la nevera.

Realmente quedan dos. Una Alhambra y una de Lidl. Hace poco hubo una semana dedicada a Mexico en los supermercados Lidl de la costa.

Compramos 6 cervezas pensando que eran tipo Coronita.

Son tipo coronita pero con sabor a tequila.

Así que realmente queda una cerveza.

Bien fría.

Jugueteo con el Itunes. Jugueteo con la biblioteca musical.

Me paro en Historias de la Calle. Comienzo a escucharlo.

No lo dudo.

Paso del Itunes y pongo el EP de Los Llorones en el equipo del salón.

El disco de la cebolla, dícese de un EP que editaron Los Llorones con Antonio Blanco en la productora Cambayá, sita en Antequera.

Para algunos/as, Antonio Blanco es el Martin Hannet antequerano. Tiene un puñado de producciones que son indispensables.

Como antequerano que soy, los vi tocar alguna vez en el pub Telephone durante los inviernos y en la Feria de Agosto. Tocaron muchas veces en Antequera y tenían su público mochano.

El EP lo compré en la librería Prometeo tras haberlos escuchado en directo un montón de veces.

Durante un tiempo, antes de la última reforma de la librería Prometeo en Málaga, había una tienda de música en la última planta.

Lo regentaba un guiri con un excelente gusto musical. Tenía mucho jazz y blues. Por ello tenía el catálogo de Cambayá Records al completo.

Los Llorones formaban parte de ese catálogo.

Ya los había visto tocar un montón de veces cuando me topé con el disco. Lo guardo como una joya.

Luego vino su último concierto como Llorones, en el Johny B. Good de Cártama, el "Historias de la calle" producido por Warner, su presentación en la Malagueta en el Latino, conciertos, teloneros de Greta y los Garbo, con Tabletom, Fenómeno, el anuncio, ...

De todo lo que nos han ofrecido, desde los Braulios, Biscuters, Caracoles, Llorones, …este EP tiene un sabor especial.

No he vuelto a encontrar de nuevo ese sonido caracolero-fumeta-festivo, donde no hay más preocupaciones que la mirada de una morena o como se enrollan con el libanés.

(sic)

Han pasado casi 20 años y esta tarde estoy escuchando el disco de la cebolla.

Para disfrutar, a poder ser con una cerveza. De lo mejor de los noventas.










No hay comentarios:

Publicar un comentario