martes, 29 de diciembre de 2009

Chet Baker y mis adorables beats!

Estoy en el ciber tomando un café, a estas horas, enchufado a internet y al ipod.

Suenan los Happy Mondays, el segundo disco de la edición especial de Bummed con un montón de remezclas de Hallelujah y Wrote for Luck (temazo manchesteriano noventero para salir de fiesta al igual que Indian Rope de los Charlatans).

Ayer pillé el You Cross My Path en cedé y el vinilo de Chet Baker Sings (Pacific Jazz) en 180 gramos. Suenan cojonudos, sobre todo el de Chet Baker.

Chet Baker es muy triste. Es un susurro muy triste. Sé que andó por Marbella en uno de sus periplos por Europa.

Escuchando a Chet, el disco contiene uno de sus grandes clásicos, My Funny Valentine. Así que decidí poner la versión de Big Muff la cual me encanta. De ahí a Saint Germain, el Tourist. Y así, poco a poco, acabé escuchando electrónica. Cuando pasé esta crisis electrónica volveré a los Led Zeppelin y a Black Sabbath. Incluso a los Doors o Janis Joplin.

Me he dado cuenta que no tengo ninguna etiqueta de "electrónica". No sé si ponerla. De momento paso. Ya la pondré y revisaré entradas donde deba de "pegarla".

Chet Baker es un maldito. Chet Baker me sabe a generación beat. Sabe a sustancias maliciosas, sabe a no poder soportar su belleza, como le pasó a Morrison entre otros y otras. Es apasionante su biografía, al menos para mí. Pudiera no pasar de un yonkie para algunos. Pero sinceramente, me encanta pinchar a Chet Baker.

El Nightclub de Patricia Barber lleva una versión de I Fall In Love Too Easily que Chet Baker lo borda en este disco.

Chet Baker Sings lo tengo en cedé. Auxi fue la que se dio cuenta que el I Fall In Love Too Easily también lo versiona la Barber con su inconfundible sello personal.

Paso de los Happy. Pongo el Nightclub en el ipod.

Voy a pensar donde voy a almorzar.

¿Pescado?

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